La catedral de Chartres y la Sagrada Família son plasmaciones de la misma idea: la Jerusalén celestial. Hay similitudes profundas entre ambos templos, con mensajes intrínsecos que normalmente pasan desapercibidos.
Gaudí se inspiró en la catedral de Chartres para diseñar y construir la Sagrada Família. Él y el Maitre de Chartes fueron dos arquitectos que continuaron una misma tradición artística y espiritual, con seis siglos de distancia.
Antoni Gaudí consideraba que las basílicas modernas debían hacerse con el arte de los hombres contemporáneos, y no con el lenguaje del arte gótico, propio de los hombres de la Edad Media. La comparación entre la Sagrada Família, la obra magna de Gaudí, y Notre-Dame de Chartres, la reina de las catedrales góticas, descubre dónde radica la revolución arquitectónica de Gaudí, mediante los arcos catenarios y las superficies alabeadas desarrollables en rectas, que modifican a fondo la estructura mecánica del estilo gótico.