Porque la vida empieza antes de nacer. Porque la realidad no necesita ser camuflada con cuentos de cigüeñas. Porque nos faltan las palabras cuando queremos explicarles cómo nacen los bebés. Y porque no hay historia más bonita que una historia de amor. Por todo ello, este cuento habla de manera clara y sencilla sobre la sexualidad, estableciendo las bases para una adecuada educación sexual.