Cocina cómica es un libro que se disfruta muy bien, consecuencia del humor que lleva dentro, en prosa y en verso Ninguna de esas páginas tiene desperdicio y uno agradece las carcajadas ante la absurdez, el humor y los guiños de recetas y procedimientos. Por ejemplo: Respecto a la colocación de la servilleta, no sé qué aconsejarte, porque conozco distintos pareceres. Todo lo que no sea limpiarte los labios con las mangas, está bien. Unos individuos desdoblan la servilleta y se la ponen sobre los muslos. Otros se la atan al cuello, como si les fuesen a afeitar.
No cortes con el cuchillo los caldos ni las salsas, ni te le metas en la boca conduciendo en su punta bocado alguno, porque te puedes partir la lengua en lonchas. De querer chuparlo a todo trance, hazlo por el mango, que al fin y al cabo carece de filo conocido.