La Maestría con la que retrata la personalidad y la psicología de sus personajes hace de Chéjov un autor de cuentos insoslayable y de lectura fundamental. No debe olvidarse que su fino humor, su ironía elegante, su nitidez para describir las pasiones y su precisión narrativa fueron muy improtantes para la evolución de éste genero: el cuento, en el que - así opina Chéjov de los propositos- " no es posible dar una oportunidad al lector de recuperarse: hay que mantenerlo todo el tiempo en suspenso".