Cuando se abrió la puerta, me entró el pánico y me escondí.
En teoría no iban a volver tan pronto, y ahí estaba yo, atrapado en un armario escuchando a esa pareja y su conversación privada. A la que quise darme cuenta, el ambiente empezó a caldearse en un ambiente que ellos creían privado. Se me aceleró el corazón de miedo y de excitación mientras empezaba a mirar por el ojo de la cerradura, viendo cómo se desnudaban y se preparaban para hacer el amor apasionadamente.
Los estaba espiando y me aterrorizaba la idea de que me pillaran, pero no podía apartar la mirada. Ver a esta joven y atractiva pareja follando a pocos metros de distancia me estaba poniendo muy muy cachondo.