Este libro, traducido por primera vez al castellano en una cuidada edición con introducción y notas, recoge las reflexiones útiles y apasionantes de Mohler sobre el celibato de los sacerdotes católicos. Aunque se publicó originalmente en respuesta a una polémica concreta en 1828, la cuestión no ha perdido vigencia; antes bien, ha cobrado renovada actualidad. Los argumentos y las consideraciones que aquí presenta el gran teólogo alemán siguen siendo válidas independientemente de su génesis histórica, como el fundamento bíblico del celibato, o el análisis del fenómeno en los primeros siglos de la historia de la Iglesia. Mohler desarrolla una auténtica teología del celibato, en la que se destaca la libertad del individuo, que alcanza precisamente en quien vive el celibato su dignidad más alta.