Esta, al igual que otras obras de Fitzgerald, expone la vida y aventuras de personajes americanos en los años 20, con frecuencia rompiendo muchos convencionalismos sociales. Sin embargo, a diferencia de los escritores romanticos del siglo XIX, es practicamente inevitable que el autor crea más en el desamor que en amor, o que nos confronte con ambientes festivos que están inevitablemente destinados a terminar en tragedia. Una visión de una vida rápida y apasionada donde el pasado no puede remediarse, pero el tiempo más importante es el presente.