Seguir una dieta equilibrada, sin prisas y con controles adecuados es clave para evitar las subidas y bajadas repentinas de peso, perjudiciales para la salud. El efecto yoyó, también conocido como "efecto rebote" o "efecto de recuperación del peso", consiste en la pérdida voluntaria de peso y la subsiguiente recuperación (o incluso incremento) de los kilos perdidos. Este fenómeno, que se da en la mayoría de personas que siguen de forma repetida dietas de adelgazamiento, no es nada recomendable, ya que se relaciona con una mayor dificultad para perder peso de forma exitosa en el futuro, con trastornos psicológicos (como el sentimiento de culpa y la frustración) y con un mayor riesgo de mortalidad. Consejos prácticos y muy sencillos para seguir una dieta equilibrada, variada y beneficiosa para la salud. Una dieta sana y equilibrada es la que permite que el cuerpo funcione de manera óptima. Para lograrlo, es fundamental que se base en alimentos que potencien el buen funcionamiento del organismo y eviten las enfermedades relacionadas con la alimentación, como la obesidad o los problemas cardiovasculares. Por esta razón, los expertos recomiendan que la dieta forme parte de un estilo de vida saludable, sea rica en alimentos de origen vegetal y fibra y, por contra, sea baja en grasa de origen animal, en dulces y productos muy calóricos. La multitud de tests que pretenden descubrir qué alimentos son perjudiciales para una determinada persona no cuentan con el beneplácito de la comunidad científica. Pocas preguntas sencillas para detectar dietas ineficaces, fraudulentas o peligrosas para la salud. La combinación de estos "ingredientes" genera un caldo de cultivo muy propicio para que surja la llamada "charlatanería nutricional", esto es, información falsa o errónea sobre alimentación que, por lo general, persigue fines comerciales y puede ser peligrosa para la salud. Su máximo exponente son las dietas milagrosas. Los controles para evitar el fraude alimentario cada vez son mayores gracias a los avances tecnológicos que aparecen en el ámbito de la alimentación. Pese a ello, en ocasiones aparecen nuevos casos que afectan de manera negativa la confianza de los consumidores. Fruto de la necesidad de ganar esta confianza en la seguridad y calidad de los alimentos. Cuando se habla de fraude alimentario se suelen emplear palabras como «sustitución»,»adulteración» o «manipulación». La lucha contra el fraude alimentario «es relativamente nueva» ya que «en el pasado nunca ha sido una prioridad clave de legislación.