Joel Merrill interrumpió brevemente la brutal pelea para decir a una chica que estaba atónita y aterrada ante el espectáculo que ofrecían los contendientes:
¡Guapa!
Seguramente le habría dicho más cosas, porque la muchacha era bonita y se lo merecía. Pero el cañón de un revólver pegó sañudamente en el cráneo de Joel, haciéndole tambalearse. Antes de que el hierro volviera a caer, Joel se había vuelto y su puño, lanzado en forma de ariete, alcanzó al sujeto en la mandíbula, haciéndole saltar de espaldas, como impulsado por muelles en sus pies, dar una vuelta de campana y caer de bruces, donde quedó para no levantarse.
Otros individuos brincaban, sacudidos por los puños de Rock Merrill, en el centro de la calle, donde la confusión era mayor. Allí luchaban seis contra uno, sin lograr dominar a Rock, que era una fiera pegando a diestro y siniestro.