Esta es la única novela que escribió Martí publicada en 1885 en el periódico El Latino Americano. En esta obra introdujo los rasgos que caracterizarían a la novela modernista. Gonzalo de Quesada, su discípulo predilecto y albacea, la encontró en unas páginas sueltas del archivo martiano. Este hallazgo hizo posible que la novela no se perdiese, pues Martí la había firmado con el seudónimo de Adelaida Ral.