Desarrolló simultáneamente, por un lado, una teoría de la mente y de la conducta humana; y por otro, una técnica terapéutica para ayudar a personas con afecciones psíquicas.
Algunos de sus seguidores afirman estar influidos por uno, pero no por otro campo. Probablemente, la contribución más significativa que ha hecho al pensamiento moderno es la de intentar darle un estatus científico (no compartido por varias ramas de la ciencia y la psicología) al concepto de lo inconsciente (que tomó de Eduard von Hartmann, Schopenhauer y Nietzsche).
Sus conceptos de «inconsciente», «deseo inconsciente» y «represión» fueron revolucionarios. Proponen una mente dividida en capas o niveles, dominada en cierta medida por una voluntad primitiva, más allá de la esfera consciente y que se manifiesta en «producciones» tales como chistes, lapsus, actos fallidos, sueños y síntomas.