De «Los siete locos», que llevó al cine Leopoldo Torre Nilsson y que presentamos con un esclarecedor prólogo de Mirta Arlt, ha escrito Juan Carlos Onetti: «había nacido para escribir sus desdichas infantiles, adolescentes, adultas. Lo hizo con rabia y con genio, cosas que le sobraban. Todo Buenos Aires, por lo menos, leyó este libro. Los intelectuales interrumpieron los «dry martinis» para encoger los hombros y rezongar piadosamente que Arlt no sabía escribir. No sabía, es cierto, y desdeñaba el idioma de los mandarines; pero sí dominaba la lengua y los problemas de millones de argentinos.