Baruc (en heb. Baruj: "Bendito"), el inseparable compañero y secretario de Jeremías, parece que pertenecía a la nobleza de Jerusalén. Hacia el 604 a.C. aparece ya como secretario del profeta, y más tarde coopera con éste en la compra del campo de Anatot. Después de la caída de Jerusalén (586) y de la muerte del gobernador Godolías, fue conducido con su maestro Jeremías a Egipto. Hacia el 582 aparece en Babilonia con un mensaje de esperanza a los exilados, sin duda enviado por el propio Jeremías. En 581 aparece de nuevo en Jerusalén para traer parte de los vasos sagrados y llevar una colecta de dinero a los judíos que habían quedado en Palestina; y les leyó su libro en la fiesta de los Tabernáculos.
Sólo poseemos el texto griego del libro de Baruc, y por ello ha sido considerado como deuterocanónico. Las versiones Vetus latina (actual de la Vg, pues San Jerónimo no hizo traducción especial) y las siríacas Peshitta y hexaplar están hechas sobre el texto griego. No obstante, es común entre los autores el suponer la existencia de un texto hebraico primitivo del que se deriva la traducción de los LXX, pues se encuentran muchos hebraísmos e incluso confusión de palabras parecidas hebreas por el traductor. Recientemente se ha discutido el origen hebraico del fragmento 3:9-5:9 y del c.6, porque reflejan un griego sumamente clasicista.
La opinión tradicional es que este libro es de Baruc, secretario de Jeremías, como reza el título del mismo: "Palabras que escribió Baruc, hijo de Nerías., en el año quinto. después que los caldeos tomaron Jerusalén y la incendiaron." Dadas las múltiples alusiones al libro de Jeremías, el libro de Baruc y la Epístola de Jeremías se citaban con el nombre de Jeremías en los primeros siglos, y ésta es la razón de que Baruc falte en la enumeración de muchos catálogos canónicos.