"Tristana" se engloba dentro de la serie que el propio Benito Pérez Galdós llamó «Novelas españolas contemporáneas»: un conjunto de obras que intentaron retratar los usos y costumbres de aquella sociedad decimonónica tan cambiante y llena de contrastes. Con todo, ésta es una novela un tanto atípica dentro de ese grupo, ya que el autor no utiliza personajes recurrentes, como en otros textos, y queda aislada de ese flujo de ficción que es tan característico del escritor canario.
En "Tristana" nos encontramos un tema inédito: la posible emancipación de la mujer. Tómese esto con matices, claro está, ya que hablamos de una novela de 1892; pero, a pesar de todo, lo cierto es que Galdós creó una protagonista de una altura inconmensurable, de una fuerza vital arrolladora y cuyas desventuras son tan reales como desesperada su caída.
Benito Pérez Galdós nos narra la historia de Tristana, una joven que queda bajo la custodia de don Lope, un donjuán crepuscular que la seduce y destruye su inocencia. Esta mujer, de carácter soñador e idealista, percibe rápidamente la injusticia que supone su condición femenina y pretende liberarse de las circunstancias que la rodean, aunque los intentos emancipadores de la joven, víctima de una sociedad sórdida y represiva, la conducen a un inevitable fracaso.