Testimonia la naturaleza del fondo de la historia oral como práctica de la escucha una escucha dialógica, no acrítica, pero siempre escucha, siempre partir de la palabra y de la subjetividad del otro para transformar la nuestra. Y contribuir, razonando, escribiendo, interrogándose, a cambiar aunque sea solo un poco, pero sin abandonar nunca la conciencia difusa de la sociedad en la que vivimos.