En el intrincado tapiz de la filosofía del Feng Shui, descubrimos un arte ancestral que va más allá de la disposición física de los objetos en un espacio. Se trata de una práctica que busca la armonía y el equilibrio entre la energía vital, el entorno construido y la naturaleza circundante. Cada rincón y cada elemento en el hogar o lugar de trabajo se consideran piezas cruciales que contribuyen a la melodía general de la existencia, influenciando tanto nuestro bienestar físico como espiritual.