El teatro y la empresa, dos mundos aparentemente alejados, tienen puntos en común. Existe un paralelismo entre representar una obra y comunicarse en la empresa y en la vida.
El buen actor se prepara antes de salir a escena, se concentra, ensaya, se familiariza con el escenario, explora la expresividad de su rostro y su cuerpo. A estas técnicas le suma la emoción. El ejecutivo ante una presentación, entrevista o reunión puede seguir este mismo proceso para comunicar mejor. Se trata de buscar el equilibrio entre técnica y sentimiento para hacer llegar el mensaje y convencer al público.
Mercedes Segura nos muestra como el teatro, como forma de comunicación basada en las emociones, permite al no actor explorar sus capacidades de comunicación, desarrollarlas, y a cada cual, desde su situación, ir más allá en la conexión con su yo comunicativo y expresivo.
A través de ejemplos de empresa, situaciones cotidianas y ejercicios con los que los actores se preparan, ¡A escena! abre un nuevo camino para ayudar a los ejecutivos a desarrollar sus capacidades de comunicación, de expresión, de empatía.