Alexander es un príncipe guapo y orgulloso, heredero al trono de Ámbar. A causa de un decreto emitido por su padre, tristemente fallecido, se verá obligado a casarse con una plebeya. Y la joven reina, en otro tiempo libre y amada, a quien su déspota esposo jamás mira a la cara, deberá ahora vivir en una fría jaula de oro. Pero ella tiene un plan para ahuyentar las sombras de la indiferencia. Una hermosa fábula sobre el respeto y la importancia de no prejuzgar. Porque nadie, por mucho poder que ostente, es jamás mejor que los demás.