Apología de Sócrates

Sinopsis a Sócrates

El juicio a Sócrates, y su condena a muerte, se cataloga como una de las injusticias más grandes de la historia humana. Antes de morir, Sócrates dijo a Critón:

"Critón, debemos un gallo a Esculapio,

no te olvides de pagar esta deuda".

Esculapio era el dios de la medicina, protector de la salud. Se infiere lo que Sócrates quería decir: a su edad, para él, era saludable morir. De hecho, Sócrates no le temía a la muerte y en su defensa dijo que no estaba bien que un viejo, como él, se aferrara a la vida. Sócrates no temió a sus jueces en nada, ni para afirmar que "La muerte es algo natural"

El maestro afirmaba que nadie ha vuelto de la muerte y, por lo tanto, no podemos asegurar que sea algo malo. De eso inferimos que las religiones se basan en el miedo a la muerte, pero no tenemos pruebas de que el más allá sea perverso. Están las religiones asentadas en una base incierta?

Si bien la muerte implica el retorno de la materia a la naturaleza, y genera dolor en los allegados del muerto, no podemos garantizar que la muerte sea buena o mala. Es algo que ignoramos. "Sólo sé que nada sé". Esa es la lógica de Sócrates, un pensador que lo cuestionaba todo y que era visto como un hombre peligroso porque se atrevía a pensar y decir su verdad.

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La Apología de Sócrates ( ) es una obra de Platón, en la cual se hace una transcripción del discurso pronunciado por Sócrates cuando tuvo que defenderse ante los tribunales atenienses, en un juicio en el que se le condenó a beber la cicuta, luego de habérsele juzgado culpable por corromper a la juventud (por pensar, por usar la lógica) y no creer en ninguno de los dioses de la polis.

Aunque la fecha del texto es incierta, dadas las temáticas que trata, se supone que se adhiere al ciclo de las primeras obras de Platón denominadas «socráticas». Es probable que Platón lo haya escrito en su juventud, e inclusive se ha afirmado que la Apología de Sócrates es su opera prima.

El inicio del libro es transcendental para instaurar la temática de todo el discurso. En ese juicio Sócrates dijo cosas que tienen vigencia hoy, y ello despierta nuestra admiración.

Sócrates pide al jurado que no le juzgue por sus destrezas oratorias, sino por la verdad que dice. Advierte que no usará ornamentos elocuentes ni frases pre-fabricadas y, de hecho, en su juicio dice lo que se le pasa (en ese momento) por la cabeza. Pero su lucidez es tal que cualquiera puede notar en él un don de retórica.

En fin. Desde hace más de dos mil años, los lectores estamos más de acuerdo con Sócrates que con el tribunal que lo condenó a muerte. Su postura ante su muerte es una obra de arte en sí misma, un panegírico a la libertad y al buen pensar.

Esta edición tiene tres partes.

1. Prólogo a Sócrates por Sócrates

2. Apología de Sócrates, por Platón

3. El gallo de Sócrates (cuento de Leopoldo Alas Clarín)

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Sea este libro nutriente a las almas libres y sean estas breves palabras una invitación a leer un libro esencial que no puede faltar en la biblioteca de lectores y escritores.

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