Conejo es uno más de los huérfanos que pueblan las calles de Safira. Hace lo que puede para sobrevivir un día más y, pese a su demacrado aspecto, siempre parece lleva algo de comer en el bolsillo.
Sin embargo, las circunstancias en la ciudad han cambiado: se ha llenado de Centinelas. Buscan hechiceros a los que apresar, y a los que llevar al Lugar para contener a las monstruosidades que allí habitan. Por un buen motivo.
Los Magi provocaron el desastre; serán sus descendientes quienes paguen por ello con sus vidas.
Tras semanas de preparación, el siguiente robo de Conejo podría ser el último que necesitara para darle un vuelco a su vida, y ni siquiera todos los Centinelas del Imperio le harán dejar pasar una oportunidad así.