Sin apartarse del incesto, sin olvidarse del dolor por las muertes que le invaden la mente, Infinitésimo discurre entre los estadios psíquicos añorando enaltecer la dignidad de su linaje por el amor a sus hijos, vive para alzar la imagen de su familia -Organela, Dolores y Aromo- desaparecida por actos que, voluntaria o involuntariamente, le han puesto en el rol protagónico al sobrevivirlos.
Infinitésimo Contrasentido entregado a las fauces de la justicia corrupta por los homicidios acontecidos en la Segunda Parte: el Crimen, se convertirá en el ídolo, en el héroe, en el redentor, en el fenómeno-noúmeno hic et nunc de la Logia Stricto Sensu et Lato Sensu, conocidos mundanamente como Los Desnudos Armipotentes, un grupo de seres humanos que creen haber encontrado a su líder buscado durante milenios.
Su adecuación azarosa al malentendido, al totemismo, a la idolatría descalabrada, al absurdo, desnudarán al padre doblemente trizado -portador de las ánforas cinerarias de Dolores y de Aromo- en un símbolo del progreso científico, técnico y tecnológico, orillándolo a la posibilidad de realizar un viaje interplanetario a Marte. Sin su consentimiento, ni el de la mayoría científica que no divisa logro alguno en la misión, bajo engañifas, es preparado para la exploración.
Iconoclasta, su conciencia traiciona las expectativas de la comunidad mundial, de la hermandad, fabrica, sin ambages, una desesperación onerosa en los patrocinadores multinacionales, una agitación de prestigio en las agencias espaciales involucradas y los francmasones cogen dinamismo para no ser descubiertos por su ídolo en sedición.