En Cúmulo sanguinolento (antología personal) existe una poesía honda en sus niveles temáticos y sobria en sus recursos retóricos. Alexis Cuzme posee una fuerza expresiva en la que no se pide ni clemencia ni piedad, en la que el estar y el ser son asumidos con valentía y con ese temple de furia que solo la poesía permite sostenerse -vivo y a solas- en un universo social y humano en el que nos dice implícitamente que no hay salida, ni esperanzas en otro mundo, y que solo queda el oficio de vivir.
En este libro se deja al verbo ampliarse, se recurre a sensaciones postmodernas. Es una voz poética que prefiere la razón al sentimiento desde cualquier punto.