Nuestra conducta ética y moral nos muestra quiénes somos. Es por las obras que uno conoce al hombre en su mejor momento. Nuestro aspecto físico, poder financiero, ocupación, cargo político o cualquier especificidad no nos define. Es un buen corazón que Jesús busca en el mundo. Él abre su reino de amor y perdón a todos los que creen en él. Este es el tema central de la segunda parte de lo luminoso.