El grado de dependencia de una persona mayor, esto es, las limitaciones que presenta para realizar sin ayuda una o más tareas básicas de la vida cotidiana, no responde a una fórmula matemática. Aunque la vinculación general entre enfermedad e incapacidad es innegable, su desarrollo depende también de distintos factores que se deben controlar y analizar de manera individual. Algunas personas mayores que padecen el mismo mal que otras se desenvuelven mucho mejor en su vida diaria. En otras ocasiones, personas sin una enfermedad que se pueda considerar generadora de incapacidad presentan una gran dependencia de los demás. Esta pérdida de capacidad funcional de difícil justificación es un fenómeno frecuente que los expertos denominan exceso de incapacidad. El exceso de incapacidad puede definirse como un nivel de funcionamiento de la persona en el desempeño de las actividades necesarias para la vida cotidiana inferior al atribuible a sus condiciones de salud.
Este es un libro informal, sin más pretensiones, carente de información técnica o científica, simplemente divulgativa.