De profundis es la epístola que Oscar Wilde escribió para Lord Alfred Douglas en la prisión de Reading en marzo de 1897, dos meses antes de que el escritor irlandés cumpliera la sentencia que le fue impuesta por el delito de sodomía.
Bella, empática, triste, conmovedora, irritante, reflexiva, espiritual muchos adjetivos pueden definir esta obra, dependiendo del lector. Lo cierto es que, a pesar de la confrontación de diversos sentimientos, el autor redacta cada palabra de esta obra con esperanza; esperanza de recibir una respuesta, cualquiera que esta fuera, del principal responsable de su estancia en prisión.