La resiliencia es un estado de resistencia, recuperación y transformación, que surge en situaciones adversas por la aplicación de diversas actitudes y cualidades favorables. Aunque no es fácil ser resiliente, sí es factible desarrollar los hábitos de la resiliencia, aspirando cumplir con diversos objetivos personales-profesionales, a lo largo de la vida.
Sin embargo, a efectos de desarrollar la resiliencia y desenvolverse mejor en la vida, es recomendable tener algunas nociones sobre la compleja naturaleza humana, practicar ciertos hábitos y poner en práctica una ética, que es decisiva para identificarnos y descubrir el significado de la existencia.
En ese sentido, como la resiliencia se manifiesta de una manera particular y selectiva en cada quien (al igual que en la motivación), se pueden desarrollar las cualidades resilientes y lograr la felicidad. Además, es innegable que los resilientes se encuentran dispuestos y preparados para seguir adelante y llevar una vida plena y satisfactoria, incluso padeciendo dificultades y dándole un giro radical a sus aspiraciones y expectativas.