En este libro se recogen docenas de artículos humorísticos publicados en periódicos que, a pesar de su antigüedad, siempre son muy agradables de leer. Nos damos cuenta de que Alphonse Allais con su Capitán Cap y todos sus personajes ridículos o locos habían sido un extraordinario precursor. Ya anunció el linaje de autores absurdos, el dadaísmo, el surrealismo e incluso el humor iconoclasta. Como también era periodista, vigilaba atentamente a la sociedad de su época y sabía mejor que nadie cómo ridiculizar a sus contemporáneos.
Todos los textos son muy cortos, generalmente de una a tres páginas, muy incisivos y, a menudo, en forma de diálogos percusivos e hilarantes con juegos de palabras, fórmulas para dar un brillo brillante. Un gran escritor como Courteline o Feydeau con el lado anarquista y provocador de una totalidad y más modernidad. Debes leer o releer a Alphonse Allais.