Oscar Wilde empezó "El retrato del Señor W. H." en 1887. Dos años después (en julio de 1889) la obra vio la luz en Blackwood's Edinburg Magazine. En esta novela breve, sustentada en la estructura narrativa del diálogo (especialidad de Wilde), se debate la teoría sobre los sonetos de William Shakespeare, la cual sugiere su homosexualidad, aseverando que los sonetos están dedicados a un tal Willie Hughes, joven actor.
Oscar Wilde crea un narrador anónimo (del que sabemos poco), quien al inicio de la novela se muestra incrédulo de la teoría, para luego irse apasionando poco a poco con la teoría. Sin hacer spoiler, esa es la base de esta historia: la pintura del Señor W. H.
Ahora bien, el tratamiento que Oscar Wilde le da al tema de Shakespeare es extraordinario. Hay en el libro fragmentos (impecables, brillantes) de los sonetos de Shakespeare, lo cual hace de la lectura algo seductor y poético.
Wilde, uno de los genios más prolíficos de la literatura inglesa, acierta en su intención de novelar un aspecto de otro genio de la lengua inglesa (W. Shakespeare), produciendo una obra de arte brillante en la que se desvanecen las fronteras entre la ficción y la realidad. Se trata, pues, de una pieza especial, única, como las que sólo Wilde sabía crear. Por cierto, este es un autor que no puede faltar en la biblioteca de lectores de obras clásicas.
Al final, se incluyen pensamientos selectos de Oscar Wilde.