En los finales de la Edad Media, entre capitales de reinos y campos de labradores, podían encontrarse a grupos pequeños de aldeanos con sus problemas cotidianos, su rutina diaria y sus leyendas. Estas no son mas que historias que el tiempo va borrando y alterando hasta llegar confundidas hasta nuestros días. Algunas son olvidadas completamente por nuestro contemporáneos, pero otras perviven, como la que se narra en el libro que el lector tiene ante sus ojos. Y no solo porque son contadas de padres a hijos, de abuelos a nietos, o están registradas en algún pergamino con polvo en alguna librería vieja. Algunas aún marcan la vida actual de personas que no saben explicar lo que sucede o hacen mantener viva esas historias que iban de oído a oído, entre generación y generación. Es el ejemplo de la que puedes leer, apreciado lector, entre las palabras de este libro. Una leyenda llena de sangre, terror, misterio y como no podía faltar en toda historia que se precie, amor.