En esta breve reflexión, la intención del autor es presentar las enormes recompensas pero también los desafíos que implica el proceso de santificación para el uso y propósito especial de Dios de los fieles seguidores de Cristo que han decidido recorrer este camino angosto hacia su propia salvación en un mundo ateo, laico y hedonista que se opone a la santificación del pueblo de Dios.
El autor describe brevemente algunos poderosos escudos espirituales que el buscador puede utilizar en este camino, como su oración constante, su voluntad inflexible y sostenida, y la constante ayuda y protección de Jesús, el Espíritu Santo, y el manto sagrado de la Virgen María que nunca nos han abandonado en nuestra búsqueda de la santidad en este mundo caído.