Antes de morir, Carmen Balcells (agente literario en Barcelona, de autores como García Marquez y Vargas Llosa) lee El Catadamas y decide firmar contrato de representación con Ignacio Gómez-Palacio. Le escribe: "El licenciado de El Catadamas es un personaje genial. Es tu alter ego?" Quién es El Catadamas? A qué se dedica? Es un vividor? Gigoló? Curandero? Embaucador? Padrote? Maestro? Rufián? Hechicero? Farsante? El lector habrá de decidirlo. El autor dice: " . los hechos que aquí se relatan toman su fundamento en lejana data, cuando los indios y los animales se mercaban, herían y destripaban por igual, en tanto el viento y la poca voluntad de memorias entonces vivas, borraban lo que no se debe perder. Por eso quiero escribir lo que aquí se narra o de lo contrario nadie se va a acordar y el registro se perderá. Es hoy, soy yo o nunca." El Catadamas aprende de su viejo maestro. Lo hace en la época actual y debe servir a su comunidad, donde es apreciado como un Dios. Requiere transmitir saber a sus fieles y dejar la semilla que continúe el catadamismo, como presencia esencial para el alcance del bienestar y la felicidad. Educado en los altos de la Sierra del Soconusco, El Catadamas crece entre lo agreste de la selva y el cultivo del café y el cacao. Su padre lo manda a estudiar a Alemania y sufre el encuentro de dos culturas. Regresa para descubrir su asombroso destino: la entrada del catadamismo a la gran urbe.