El Inaudito juego de Pozalada con sus conexiones peluquinas

He aquí que don Fortún es un rey razonable con un gobierno bien organizado. He aquí que en su territorio se va formando un juego hasta entonces desconocido, que se llamará pozalada. He aquí que el primogénito y sucesor de este rey va a tener a su vez un primogénito. A causa del próximo nacimiento, se ponen en contacto con don Peluquín, cuyas excentricidades se soliviantan en cuanto le mientan a don Fortún. Puesto que al fin y al cabo son vecinos, le invitan a los próximos festejos, entre los que se incluye un campeonato de pozalada. Ello propiciará una embajada del reino peluquino al otro reino, lo que dará lugar a episodios variados. Entre ellos sobresalen los provocados por el hijo de don Peluquín, Picaruelo, quien se supera a sí mismo en sus trastadas. Colateralmente, otros curiosos contactos y fenómenos seguirán. En definitiva, no todo resultará fastidioso para el personal peluquino ni aun para el mismo monarca.

Andrés Esteban Arbués nace en Zaragoza hace unos cuantos años (en 1941).

Tras estudiar aquí y allá, trabaja como profesor de bachillerato en Madrid. Ahí se casa, con una joven oscense. Meses después llega a Sevilla, ciudad también acogedora y con muy variados atractivos. Doctor en Psicología, tiene una larga labor docente en la Universidad de Sevilla.

Al tiempo, desempeña diversas actividades profesionales de peculiar interés. Señaladamente, participa en la reestructuración de la Casa Cuna y de la atención a niños con deprivación sociofamiliar. Otro ámbito novedoso incluye enfoques creativos en espacios lúdicos públicos. Por otro lado, además de sus escritos académicos, ha mantenido interés en preparar escritos sazonados con toquecitos de humor.

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