GarcíaMárqueztraza lahistoria deun amor que no hasidocorrespondidopormediosiglo.Aunquenuncapareceestarpropiamentecontenido, elamorfluye através de lanovela de milmaneras:alegre,melancólico,enriquecedor,siempresorprendente.
La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradiciones. Pero este tiempo -por una vez sucesivo, y no circular-, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcilla que la mano del maestro moldea y con las que fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los jugos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz.
«Era inevitable: el****olor de lasalmendrasamargas lerecordabasiempre eldestino delosamorescontrariados. El doctor JuvenalUrbino lopercibiódesde queentróen la casatodavíaen penumbras,adondehabíaacudidodeurgenciaaocuparse de uncaso que paraélhabíadejado deserurgentedesdehacíamuchosaños. Elrefugiadoantillano Jeremiah de Saint-Amour,inválido deguerra,fotógrafo deniños ysuadversario deajedrezmáscompasivo, sehabíapuesto a salvo delostormentos de lamemoria conunsahumerio decianuro deoro.
»Encontró elcadávercubierto conuna mantaen elcatre decampañadondehabíadormido****siempre,cerca de untaburete con lacubeta quehabíaservido paravaporizar elveneno.»
Lacríticadijo...
«La voz garciamarquiana alcanza aquí un nivel en el que resulta a la vez clásica y coloquial, opalescente y pura, capaz de alabar y maldecir, de reír y llorar, de fabular y cantar, de despegar y volar cuando es necesario.»
Thomas Pynchon, The New York Times
«Leer a Gabriel García Márquez en voz alta es un privilegio, un gran reto y una nueva dimensión del realismo mágico.»
Diego Trujillo
La crítica dijo:
«La voz garciamarquiana alcanza aqu