El criador de gorilas nace de las profundas experiencias que vivió Roberto Arlt en 1935, fecha en la que se embarca en lo que supondría toda una expedición física y mental por España, pero especialmente por algunas ciudades del norte de África que en aquella época, literalmente, bullían (Tetuán, Tánger, Ceuta).
El libro está integrado por lo que el mismo Arlt denominó "estampas marroquíes de su breve viaje por Europa y Africa del Norte". En ese marco la fluida imaginación del autor plasma atractivas e inquietantes historias, que parecen salidas de las páginas de un lujoso y refinado tomo de crónicas musulmanas.