En esta obra, la voz poética lleva al lector por un viaje sensorial, donde se muestra en movimiento, en búsqueda y en recuerdo cada experiencia. Se rodea de naturaleza para explotar uno a uno los sentidos: la vista, tacto, olfato y oído.
Asimismo, la lectura lo tendrá inmerso en la sinestesia de aquellas percepciones provocadas por un líquido, la luz o el viento.
Verse a uno mismo en el otro, como en un espejo, para distinguir y reconocer a los demás tal uno mismo en esa igualdad que es nuestra diversidad.