Refleja, mejor que ninguna otra comedia, la proclividad de Alarcón a insertar refranes populares, tanto de América como de España, en sus obras. Gran cantidad de expresiones ingeniosas ayudan al autor a expresar con más claridad su conflicto. Además, puede notarse ya en El examen de maridos un intento de Ruiz de Alarcón por equilibrar las formas estéticas y un eterno compromiso de Alarcón con la verdad y los valores morales. Así, puede concluirse que El examen de maridos representa el cenit de una cultura que se debate entre la verdad absoluta y una elegante retórica