Con imágenes densas y potentes, el narrador de este libro evoca con cariño su infancia al lado de su abuelo, un hombre con un ojo de vidrio; además cuenta la historia de seis niños abandonados por su madre. La prosa poética del autor convierte el ojo en símbolo de la mirada y la ceguera, de la lucidez y la locura, de la ambigua y misteriosa condición humana. Un libro sobre las posibilidades del lenguaje y la memoria.