Tal como está actualmente la sociedad, la vida no permite demasiadas aventuras. Pero si nos detuviéramos unos minutos a pensar, veríamos que no hay riesgos, no hay oportunidades imposibles, sólo hay retos que esperan ser conquistados. También hay que tener los pies en el suelo y ser conscientes de que a veces los deseos pueden ser inalcanzables, pero entonces ya no hablamos de retos o aventuras, hablamos de fantasía y utopía, y ante estas palabras sólo cabe la imaginación más creativa dentro de una irrealidad imposible de cambiar.
Este es un libro donde ambas posibilidades se convierten en una sola; sus personajes consiguen retos, viven aventuras al tiempo que la fantasía les acompaña durante todo el recorrido. Una historia donde la ayuda mutua (el "quid pro quo") es el eje vertebrador de todas las vivencias de cada uno de ellos. La sensibilidad, el amor, el deber y lealtad aparecen reiteradamente, tal y como sucede en la vida real, donde todas estas palabras toman un significado totalmente imprescindible para aquellos que queremos vivir en paz.