Cómo actuarías si te llevaran al escenario de un crimen y te pidieran que encontraras al culpable? Para el detective Enebro Sávat, la respuesta es sencilla: le pediría a su paraguas hablante (un yokai, espíritu japonés) que interrogase a los objetos esparcidos por el lugar. A fin de cuentas, los misterios son fáciles de resolver cuando las propias pistas pueden darte las respuestas. Pero no todos los casos son iguales, y en esta ocasión el detective tendrá que hacer frente a un asesino capaz de borrar cualquier huella psíquica que pueda delatarlo. Un joven ha sido asesinado y en el lugar de los hechos tan solo se han encontrado señales de pelea, un ordenador desaparecido y la crisálida de una hada.