Famoso entremes de Getafe

Huratdo nos sitúa en la venta donde se cruzan el blasfemo y envinado carretero, el ventero tópico, la coqueta ninfa campesina Francisca y, sobre todo, el ninfo, don Lucas, pesudonoble ciudadano de nombre ridículo, caballero de alfeñique y, en palabras del carretero, -un marquesote en ayunas-. La encarnación entremesil de este prototipo literario -el hidalgo pobre cruzado con el caballero afeminado, que, a la vuelta de un siglo, será llamado petimetre- resulta ser, además, poeta culto a ratos y un requebrador incesante. Su dama, doña clara, aunque es un señora de la corte, no hace ascos a las pullas aldeanas, según se observa en la pieza de Hurtado. La situación es predecible, pero cuando Alonso Andrés se retira, surge la complicación necesariamente simple del entremes con el flechazo de Lucas, que se prenda de un modo tópico de la joven novia villana del carretero.

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