Mi marido montó un gimnasio en el sótano de nuestra casa, pero hace tanto calor allá abajo que necesito quitarme la ropa. Estaba haciendo ejercicio como todas las mañanas después de que mi hijo y mi marido se han ido de casa, pero ese día había olvidado completamente que el amigo de mi hijo se había quedad a pasar la noche. Me quedo paralizada cuando me encuentra haciendo ejercicio desnuda en el sótano. Después de vestirme, hacemos ejercicio juntos, pero mientras más continuamos, más ganas tenemos de quitarnos los dos la ropa.
Este cuento corto y caliente es un relato erótico corto destinado exclusivamente a mayores de edad. Su contenido es explícitamente sexual.