Este libro va más allá de lo que suelen ofrecer las guías corrien- tes para turistas. Para la persona que ya sabe inglés, esos manuales convencionales no servirán de mucho, pues se limitan a largas enumeraciones de comidas, ropas o las frases más usua- les como «Gracias, señora» y «Por favor, camarero«. Para eso, no se necesita una guía, sino un diccionario.