Inmunidad y neuroendocrinologia

Desde el punto de vista teórico, la mayoría de los pacientes y los médicos, están convencidos de que en la salud como en la enfermedad, existen relaciones estrechas. Procesos bioquímicos, de naturaleza emocional, entre la mente y el cuerpo, desde el punto de vista de la práctica, existen técnicas con demostración científica de múltiples investigaciones realizadas, entre las que podemos mencionar, la respuesta de la relajación del investigador de Harvard Herbert Benson, hoy ampliadas, por ejemplo, con el Entrenamiento Auto dirigido al Inconsciente. El uso de estas técnicas se sigue expandiendo por todo el mundo, incorporándose a las instituciones médicas y la medicina científica occidental, a partir de esto, se están encontrando cada vez más evidencias, de que los modelos de la Sincronización Sistémica mente-cuerpo, no solamente mejoran la calidad de vida, sino que actúan favorablemente en todas las enfermedades psiconeuroemocionales y crónicas, mejorando y controlando el curso de las afecciones crónicas. Hoy contamos con considerable evidencia del efecto benéfico de estas técnicas sobre las funciones corporales, frecuencia cardíaca, presión arterial, síndrome metabólico, afecciones cardíacas, digestivas, afecciones respiratorias, el sueño, y todas las afecciones psiconeuroemocionales, por ello, a través de estos beneficios, obviamente, se mejora la calidad de vida, y se influye enormemente en el tiempo de sobrevida.
En este sentido, es importante tener en cuenta que las funciones corporales son muy complejas, porque intervienen órganos, músculos, nervios y finos mecanismos mayormente involuntarios, o automáticos. Cuando la ansiedad hace su aparición, u otras emociones y pensamientos, rápidamente se puede perder ese frágil equilibrio, ese delicado ajuste se pierde con mucha facilidad, por lo tanto, las técnicas de los modelos de Sincronización Sistémica mente-cuerpo, tratan de examinar y dirigir la intervención de los estados mentales, para prevenir y controlar el desajuste de las funciones del organismo. Una primera consecuencia muy positiva, es que los pacientes, puedan sentirse como participantes activos en la propia salud. Ser capaces, desde prevenir enfermedades hasta acortar su curso, permitiéndose además manejar sus propios estados psicológicos, mejorar su calidad de vida. Tradicionalmente y apoyado en el discurso médico predominante, la salud de los pacientes, era absoluta responsabilidad del médico, y de la medicina, y la atención estaba basada en la obediencia del enfermo. Sólo las personas que estén dispuestas a desempeñar un papel activo y responsable en su rehabilitación, mejoría y curación, lograrán obtener los cambios cognitivos-conductuales, que favorecen por tiempo indefinido a su salud psíquica y orgánica, comprendida, de una vez por todas como una unidad. Los pacientes con enfermedades crónicas deben modificar su sistema básico de creencias para realizar cambios efectivos en su vida. Por ejemplo, la modificación en la atribución del sitio de control, es decir, sentir el paciente que tiene un cierto grado de control durante el proceso de recuperación es un prerrequisito muy importante, toda vez que desea obtener un resultado positivo y duradero de su tratamiento. Hay muchísimas investigaciones fisiológicas y neurobioquímicas que explican estos abordajes mente-cuerpo. A través del estudio de los mecanismos de conexión biológica, entre el cerebro y otros sistemas del cuerpo, y de las señales biológicas y químicas que generan estos efectos. Podemos señalar las investigaciones sobre estrés y en Sincronización Sistémica, conceptos complementarios, pero imprescindibles, a la hora de querer comprender el funcionamiento integrado de ser humano. Últimamente han surgido subespecialidades como psicocardíologia, psicodermatología, psicogastroenterología, y psico-oncología, que apuntan al conocimiento de los aspectos mentales y psicológicos, en cada una de estas patologías. La diferencia con la Sincronización Sist

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