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... Y es que de pronto en la primavera del 2020 ycon medio año de retraso, México se enteró que aquello iba en serio. La pandemia había llegado y ya no se iría. E hicimos de forma torpe primero e ingenua después, el único deber tal vez divino que nos hace humanos: adaptarnos. Así, como aprendices a los que se les murió el maestro, la humanidad experimentaba y des experimentaba, decía y se desdecía, recomendaba y luego condenaba tantas soluciones como remedios, a una velocidad absurda, como sketch de Benny Hill, que no era más cómico porque era trágico, tratando de protocolizar la conducta a seguir antes que se asfixiara el extraño, el amigo, la familia. No es exagerado hablar del año del miedo, ese 20 repetido nos envejeció a todos. Entonces cundieron tantas teorías e ideologías, y como nunca el hombre estuvo tan pendiente y dependiente de la información que brotaba cada minuto de las pequeñas pantallas. Y nos enteramos que los virus ni siquiera son seres vivos, son partículas de proteínas que simplemente existen y al llegar por casualidad o descuido al ser humano son absorbidos por sus células y en el núcleo de ellas, donde se procesa el mecanismo de la formación de nuevas células por medio del famoso desconocido ADN (sabe dios qué trabalenguas signifique), se aprovechan y sacan miles de copias de él mismo, no veo con qué fin, y proliferan y crecen y alteran tanto el equilibrio que joden a la misma célula que invadieron y acaban matando al huésped y pues simplemente perecen con él. Por eso no veo el fin. Pero pues así funcionan. Y entonces resulta que en los que sobreviven es válido decir que esas proteínas virales fueron desactivadas, ya sea porque el cuerpo aprendió con las vacunas o su sistema inmune resolvió el problema antes que el virus se siguiera replicando. Pero las proteínas vírales siguen ahí adentro, desactivadas, inertes. Pero ahí adentro. Fusionadas con el ser humano que las adquirió. En su ADN. No surgimos como ese artrópodo adefesio babeante cronembergiano que inició este escrito, pero surgimos con proteínas extra. Y entonces surgen algunas preguntas: y si el nuevo hombre post pandemia, y todo su comportamiento aberrante, pueril, paranoico, temerario, ridículo y absurdo (en serio, lea los próximos cuentos) es causado porque el nuevo 9 huésped, que ahora está fusionado a su ADN, lo ha modificado a su conveniencia, ahora sí buscando un fin último, hasta ahora poco claro?

Dettagli down

Generi Romanzi e Letterature » Fantascienza , Fantasy Horror e Gothic » Fantascienza

Editore Alma Consuelo Hernández Olguín

Formato Ebook (senza DRM)

Pubblicato 25/11/2021

Lingua Spagnolo

EAN-13 1230005291793

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LA CULPA ES DE RULFO
 

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