Paula y Tate, dos niñas acompañadas por su perrita Wendy, deciden ir al parque a jugar con una pelota. Mientras juegan, Paula propone un juego: cada vez que lanzan la pelota al suelo y observan el color que sale, deberán hablar sobre las personas que viven en la tierra y sus diferencias según el sexo, edad, raza, condición sexual, características físicas y diferencias funcionales. De esta manera, explorarán las diversas particularidades entre ellas. Cuando la pelota muestra el color azul, el juego se centrará en las especies marinas, compartiendo similitudes y diferencias entre ellas. En caso de que no aparezca ningún color, se centrarán en las especies del aire y repetirán el ejercicio. A medida que avanzan en el juego, las niñas se dan cuenta de que las personas, los animales marinos y las especies del aire que mencionan tienen similitudes, pero también presentan diferencias únicas entre sí. El mensaje que comprenden al final es claro: ¡SOMOS IGUALES, SOMOS DIFERENTES!