Ramón María del Valle-Inclán fue un gran poeta, además de un gran novelista y dramaturgo. El último -y penúltimo- libro de Valle-Incán será el mejor, el que algunos críticos literarios han calificado como extravagante y sonorosa La pipa de Kif (1919). «Y va mi barca por el ancho río/ Que separa un confín de otro confín». Dicen que en los poemas de este libro hay un interés manifiesto por la bohemia y por lo grotesco, como en tantas obras suyas, y manifestación y devoción del interés que sentía por el cannabis: «Yerba del Hombre de la Montaña,/ El Santo Oficio te halló en España./ Cáñamos verdes son de alumbrados ,/ Monjas que vuelan y excomulgados...».