Los orígenes de nuestra labor se remontan a la Iglesia que fundó Jesucristo en el siglo primero, y seguimos las mismas doctrinas y prácticas de esa Iglesia. Nuestra comisión es proclamar el evangelio del venidero Reino de Dios en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, enseñándoles a guardar todo lo que Cristo mandó (Mateo 28:18-20).