Una historia de amor y pasión que no le desearías ni a tu peor enemigo.
"Estaba tomando agua a lo lejos y llevaba una toalla colgada del hombro. Caminó hacia nosotros mientras se secaba la cara con la toalla. Su torso y sus fibrosos músculos captaron mi atención al instante.
¡Oh, mierda! El chico era enorme, delgado, pero la musculatura parecía tallada a mano. Su mirada verde se clavó por completo en mí; la piel se me erizó, me sentía intimidada.