Escrito en 1909 y dedicado a Tolstoi, pretende señalar el horror y la iniquidad de la pena capital bajo cualquier circunstancia, pero acaso alcance un logro mucho mayor: penetrar con maestría y sencillez en el interior de cada una de las tragedias de siete revolucionarios condenados a morir, llevando sin concesiones al lector a una revelación, un estado de alumbramiento que sólo ofrecen las mejores obras de arte.
La edición se completa con una pieza breve del autor, Un pensamiento (1902); una obra temprana de Andreiev inspirada, en parte, en La caída de la casa Usher de Edgar Allan Poe, en la que un asesino reflexiona sobre sus actos, entre el delirio y una terrible lucidez.
La obra de Andreiev, llena de visiones oscuras, sensuales y horribles, genuina exploración de los aspectos más oscuros de la existencia humana, profecía alucinada de cataclismos inminentes, prefigura la mejor literatura del siglo XX y llega hasta nosotros luminosa e intacta.
"Los siete ahorcados, de Leónidas Andreyev, nos devuelve a la gran tradición de la novela rusa." - José María Guelbenzu, Babelia
"Las observaciones hechas sobre el carácter mediocre de Savelov traen a la memoria el Raskolnikov de Dostoievski. (...) La obra tiene la riqueza de la sinestesia, del grito mudo, del grito de Munch." - Germán Gullón, El Cultural
"Capacidad visionaria, lucidez y oscuridad comparten la prosa de un autor en cuyas páginas se vislumbra el siglo XX" - El Periódico de Aragón
"Una magnífica oportunidad de constatar la plena vigencia de Andreiev, un grande de la literatura rusa". - Robert Saladrigas, La Vanguardia.
"Andreiev, como los mejores narradores rusos, es capaz de dar vida a un personaje con una sutil e imborrable observación psicológica. Literatura tan actual y tan fresca como hace un siglo, cuando se escribió" - Carlos Pardo, Público