Un perro no es un capricho, es una responsabilidad. Piense que adoptar o comprar un animal es ampliar con un nuevo miembro la familia. No olvide que algunos canes pueden estar contigo 15 o incluso 20 años. La adquisición de un perro es un compromiso de por vida. "Si pretendes deshacerte de él cuando los niños crezcan o te canses del animal, no deberían acoger un animal en casa. Las protectoras y perreras están llenas de perros que han perdido su hogar por culpa de las decisiones impulsivas y poco responsables de sus dueños". Antes de optar por una raza pequeña, mediana o grande eche un vistazo a su hogar y sea realista al calcular el espacio disponible para su nuevo amigo. El perro necesita un sitio para dormir, lugares identificados para comer y espacio para andar. El aspecto de un perro no debe ser el único motor que determine la decisión. Además del tamaño cuenta la personalidad: hay razas más tranquilas, sociables o nerviosas. La llegada de un perro supone contar con un nuevo miembro en casa. Por ello, su personalidad debe encajar. La presencia de niños o bebés en el hogar obliga a elegir a los animales más cariñosos. Sus hábitos y aficiones también se verán alterados, por lo que ha de buscar un animal que se adapte a su estilo de vida. "Pero si te pasas la vida en el sofá y pretendes que tu perro también lo haga deberías de pensártelo dos veces".